EL CORONAVIRUS Y EL MIEDO
APRENDIENDO A CONVIVIR CON
LOS MIEDOS
Las personas somos emoción,
pensamiento y acción. Las emociones impulsan el pensamiento y este motivará la
acción. Por lo tanto, las emociones son parte de nuestro ser, imprescindibles
para vivir, sentir y estar vivos. Así las emociones positivas, alegría,
ilusión, esperanza ,hacen que la vida resulte más fácil y cómoda. No obstante,
existen emociones como la tristeza, vergüenza, ansiedad y miedos que hacen que
la vida sea un camino de espinas.
EL ORIGEN DE LAS EMOCIONES
El sistema límbico, situada
en la parte temporal de nuestro cerebro es la encargada de controlar nuestras
emociones, recuerdos y es dónde se sitúa la amígdala , la estructura más
importante dentro del sistema límbico. Es la que guarda y maneja nuestras
emociones más racionales e irracionales ; el miedo, la ira, la tristeza, etc.
Dentro de las emociones
negativas subrayaremos el miedo, tema principal del artículo. Mucha gente se
siente frustrada incluso impotente porque sienten miedo. Se sienten
condicionados, avergonzados porque no saben cómo lidiar con ello.
¿SON NECESARIOS LOS MIEDOS?
SÍ, el miedo es una emoción
básica y necesaria para sobrevivir. Gracias al miedo, somos capaces de
identificar amenazas que ponen en riesgo nuestras vidas y salvaguardarnos de
los peligros y sobrevivir.
Cuando sentimos miedo somos
capaces de reaccionar ante el peligro, buscar alternativas y crecer como
personas antes nuevas adversidades.
En la evolución humana, el
miedo fue un factor esencial. El miedo era el que se encargaba de la
supervivencia de las personas. Por ejemplo; en una situación de caza donde uno
podía ser devorado el miedo funcionaba para estar alerta, tomar la mejor
decisión para sobrevivir y asegurar la supervivencia del grupo.
Actualmente, en nuestra
sociedad estamos fuera de los depredadores y eso causa que a veces el miedo sea
un factor innecesario para sobrevivir. Desgraciadamente, en estos últimos once
meses con la amenaza de un virus peligroso como el COVID-19, ha provocado que
resurjan los miedos y ansiedades. Otra vez volvemos a sentirnos amenazados, por
lo tanto asustados, con el miedo en el cuerpo constantemente. Es como si
hubiéremos retrocedido millones de años y volveríamos a ser ese ser vulnerable
devorado por un ser invisible.
Este miedo invisible, hace
que vivamos momentos de angustia, ansiedad y tristeza. Además debido a la
característica del virus, su alta capacidad de contagiar, hace que tengamos que
estar largos periodos aislados, sin apenas relacionarnos con los seres
queridos.
¿Es normal lo que me pasa?
Es normal siempre que no te
condicione la vida en exceso. Todos tememos contagiarnos o tememos contagiar a
un ser querido. Además, hay que sumar que nos estamos viendo privados de
necesidades tan básicas como relacionarnos entre nosotros. No obstante, si la
emoción predominante es el miedo, la ansiedad y la tristeza crónica es hora de
pedir ayuda profesional lo antes posible.
Es el momento de empezar
una terapia basada en la identificación de las emociones. Es hora de aprender a
controlar los pensamientos y afrontar el miedo y la ansiedad de una manera
positiva. Gracias a la terapia el paciente
aprende a reforzar sus capacidades
y vuelve a ilusionarse con
pequeñas cosas del día a día , es hora
de empezar a ver luz después del túnel.
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